viernes, abril 13, 2007

Y se re-escribió la Historia...


7:00 de la tarde: Tomo el metro desde Quinta Normal, con dirección a Vicente Valdés, para aterrizar justo en Baquedano(lugar de combinación con Linea 5), y caminar hacia el barrio Bellavista.
7:15 de la tarde: L
legó a Bellavista y el hambre me ataca, y le gana a mi desesperación por llegar pronto, por lo que hago un aterrizaje forsozo (nótese) en el empanatodos (¡Vivan los ticket restorant!) y disfruto de una variedad diferente, sólo porque hoy es sin duda un día especial...
7:30 de la tarde: Me dirijo hacia el lugar especificado, y me encuentro con una cantidad considerable de gente, que quiere comprar una entrada, a ver si hay algún hijo de su madre que se la compró sólo para sacar partido de la situación, debo confesar que siento una pequeña sensación de placer, al saber que yo tengo una, y voy a entrar.
7:40 de la tarde: hay una cola enorme!!!!!!!!!! pero no me desanimo, sé que no seré canalla, y por lo mismo no buscaré
colarme, así que me resigno, saco el pen-drive, que por supuesto en su mayoría es él, y me dedico escuchar canción a canción, deseando que toque por lo menos mi favorita.
8:00 de la noche: No pasa nada... o bueno si, una vieja de mierda se coló detrás mío... no pasará aunque me cueste la vida!!!
8:30 de la noche: la vieja no estaba sola, era de esperarse, pero me ubico de forma que no pueda pasar, que mejor no se le ocurra. 9:00 de la noche: estoy entrando. Por fin! voy al baño para no tener que ir después.

Siento una satisfacción, una alegría inmensa que parte desde el centro de todo, me acerco cautelosa al escenario, no sé bien que hacer, si reír como loca, o hablar o gritar, es una sensación extraña, irreal.

Por supuesto que me acerco lo más que puedo del escenario, quedando muy cerca, hay un par de altos, pero bueno, habrá que empinarse, no importa, a estas alturas no importa nada.


En el momento, sólo fui capaz de quedarme escuchando atónita como tocaban, como se escuchaban, pensar en lo maravilloso que era estar ahí, escuchándolos, escuchándolo en particular, sabiendo que aquel era el responsable de esas melodías, que aquellas manos habían sido capaces de hacerme sentir tanto. De repente me quedo sin palabras al explicar todo lo que sentí, cada vez que tocó la guitarra, el violín, el acordeón, cantar en francés, como adoro ese idioma, verlo sonreir... yo creo que eso fue lo que sin duda más me impantó... lo había visto en fotos, pero nunca sonriendo, y ahí fue como que lo entendí todo, no faltaba más...

De todas maneras hay un antes y un después... se re-escribió mi historia, y tantas cosas...
Faltó "Rue Des Cascades" para ti... pensé harto, aprovechando la soledad, aprovechando que de verdad estaba sola rodeada de gente, y... uf! las palabras no salen otra vez...


Me siento bien, me siento feliz... amo la música, y más aún, admiro a todo aquel que es capaz de crearla, y regalar estos momentos tan hermosos...


Tengo algo que contarle a mis nietos...

3 comentarios:

Correo: dijo...

ke buena. te envidio angelito. me hubiese gustado estar tambien en ese show maravilloso. ke bueno ke lo disfrutaste. me imagino ke debio de haber sido magico.
un abrazo.
besos

Unknown dijo...

top manis...
esta cosa...nose...no entiendo los blogs
te mande un mail

beso

Tu manis

spanglish dijo...

que bonito que bonito!!

te noté cambiada luego de que fueses al concierto, como que algo más te sustenta. Ojalá que te hayas comprendido más, que hayas recorrido tu interior y quedado más en paz con todos los problemas internos.

El arte y en especial la música son conexiones con el lado irracional de uno, que es el que más nos afecta cuando debemos avanzar y tomar decisiones. Cuando uno se siente identificado con lo que escucha puede adentrarse en esos páramos y mirar lo que muchas veces la razón cubrió; a veces incluso enfrentar lo que uno no quiso ver (hace poco fui a ver danza Butoh y me enfrenté con la muerte). Por eso es tan indispensable en la vida de uno vivir con el arte.