domingo, julio 26, 2020

Encuarentenados

El otro día, en una clase, les conté a mis estudiantes, que escribía cuando era adolescente, y que en general mis escritos eran de amores y desamores, de penas, desgracias y tristezas, y que después me había pasado que como en general estaba feliz, había dejado de escribir, atribuyendo mi inspiración a lo "malo" y que ahora, como me siento en general feliz, se me había acabado la inspiración. Una de mis queridas estudiantes, me dijo: pero profe, debería intentar escribir de cosas felices, de verdad que es otra forma de ver las cosas, y me quedé pensando... y eso pasó hace unas semanas, y hoy me animé!

Estamos en cuarentena desde hace meses. No llevo la cuenta exacta, porque creo que no es como estar preso (si estuviera presa quizás los contaría), pero si desde cuando es que no trabajo fuera de mi casa, y eso es el 17 de Marzo. El lunes 16 de marzo fue el último día que fui al colegio, y de ahí, han pasado tantas cosas, que en realidad no vale la pena explicar (basta con leer las noticias), por lo que me referiré a lo interno, a lo que no se sabe, a lo que uno esconde. 

Mi vida era buena, mucho trabajo, compromisos, todo calculado y planificado, y con esto, primero vino la desesperación, el llanto, la frustración, y muchas cosas, y en algún momento, me puse a mirar hacia dentro de mí, y descubrí cosas que no me gustaban, y que en realidad, podía cambiar, poniendo un poco de mi parte, y eso fue lo que hice. Me di cuenta, por ejemplo, que le daba importancia a cosas que no tenían que tenerlo, que me estaba rompiendo el lomo por cumplir con todo, cuando nadie podía hacerlo, porque es algo que nunca imaginamos que iba a pasar, por lo que si no lo hacía, no pasaba nada. Volví a mirar a mi oso, y me di cuenta que estaba siendo injusta muchas veces, no me estaba poniendo en sus zapatos, y empecé a comunicarme mejor por ejemplo. Empecé a disfrutar de los momentos libres que tenía, y decidí no sufrir. Me di cuenta que me ahogaba en un vaso de agua, cuando en realidad, la vida está siendo buena, pese a todo lo que ha pasado. Después de muuuuchos más cuestionamientos, me di cuenta que era feliz, por todo lo que ha pasado, por lo que he logrado, hemos logrado y seguiremos logrando. Dejé de sentir culpa, dejé de tener miedo, y decidí ver el lado positivo, porque si no lo hago yo, nadie lo hará por mí. Me di cuenta que me quiero mucho y que ha sido un proceso largo de aceptarme, pero ahora se lo que valgo, y nadie puede derribarme con sus comentarios. Así también, sé que me falta, pero también sé que nada me detendrá. Me arrepentí de muchas cosas, pero también me prometí no volver a dejar de hacer algo, porque sé que no importa al hoyo al cual me caiga, siempre podré salir, porque no solo lo he hecho una vez sino que mil veces. No hay desafío que no pueda afrontar, y no hay tropiezo que no me permita levantarme. 

Quiero hacer una mención especial, por una parte, a Ignacio, mi compañero, porque él me ha aguantado en lo bueno, en lo malo, en lo feo, y por supuesto, en lo bonito. El amor es grande, sigue creciendo, y no me canso de amarte y compartir ésta vida, me queda la duda ¿Será la primera vida que compartimos, o la última? Vivámosla a concho no más.

También quiero hacer una mención especial a mis amigos, yoyo y didi, ya que, siempre me han querido, me han dicho las cosas como son, pero también me han acompañado y consolado cuando lo he necesitado. Sin ellos, no hubiera sobrevivido a mi adolescencia tormentosa, y que seguieron acompañándome, no importando  la distancia, los tiempos, las decisiones. Sabemos que no hay nada que nos separe.

También quiero agradecer a mis amigas de la vida, Lore y Arlen, que me han acompañado en mi etapa adulta, y que son las mejores amigas de la vida, con las que hablamos hasta que se nos cierran los ojos, y con las siempre aprendo, me rio, lloro, y por supuesto, el cariño, el apañe, y todo lo lindo que hemos logrado juntas. Llegaremos a viejitas las tres haciendo noches de chicas! 

Por último, quiero mencionar a mis hermanos, que juntos hemos tenido que superar la partida de mi mamá, y que en cada uno de ellos hay una huella de la Ely, y juntos somos un equipo hermoso. Mi viejo, que ahí está, con todas sus dificultades, luchando como yo, sé que de ahí viene esa garra incansable que me caracteriza. 

Sé que parece despedida el escrito, pero tengo intenciones de seguir escribiendo, aunque quizás no de mí, pero si historias. Mi vida va bien, mi vida es bella. y aunque a ratos el encierro ahoga, también me ha ayudado a crecer, a pensar, a detenerme en la vida, hacer un análisis, realizar ajustes, y seguir. 

Hasta la próxima!