Mientras se encontraba en aquel bar, Francesca se sentía sumergida en un sueño, en uno de esos en que despiertas con una sonrisa en tus labios, y te ries como estúpida por eso... Trató de guardar cada palabra y cada risa de Rodrigo, lo observó, lo examinó hasta que ya no hubo dudas de nada...
Se marchó porque no soportaba sentirlo tan lejos, pero a la vez tan cerca, lo más que había estado desde aquella primera vez...
Pero de repente sintió una punzada en su corazón... el conocerlo no implicaba que fuera de ella, cuando se lo volvería a encontrar, no había intercambiado ningún tipo de información como para buscarse, encontrarse, enamorarse. Un escalofrío recorrió su cuerpo, sintió miedo de que él no se hubiera fijado en ella, que a él no le importara en lo más mínimo lo que le pasara, que conociera a otra mujer, y se enamorara perdidamente de ella...
Los días que siguieron al encuentro fueron bastante grises, sentía aún más su ausencia que antes, ahora tenía recuerdos con lo que mortificarse, quizás no habóa aprovechado del todo aquel encuentro, quizás... no pudo contener su llanto, cayó al suelo frío de su casa, lloró por sus padres, lloró por Rodrigo que no sabía de su amor, y lloró también por ella, por haber sido tan tonta, por haber fabricado ese mundo de papel que ahora se derrumbaba, ya que no lo podía sostener, que era una mentira de principio a fin... lloró por sentirse sola, po no poder mantener ningún tipo de relación, por existir... cuantas veces había querido terminar con su vida, pero al momento sabía que no tenía la valentía de hacerlo, era una cobarde, y esola hacía aún más infeliz... Odiaba de todo corazón su vida, su casa, su cuerpo, su manera de ser... se daba asco, a veces sólo vomitaba porque no admitía cierto todo esto que le estaba pasando...
Por otro lado estaba él... este había logrado llegar a su corazón sin problemas, pero ¿Quién era ella para merecerlo? ¿Qué podía ofrecerle a aquel maestro? ¿Una vida llena de atajos, de soledad, de desesperanza, de dolor? ¿Podría realmente un hombre fijarse en ella, cuando no era más que una cara bonita?
Mil preguntas se formulaba a cada momento, y las respuestas no se hacían presentes...
Pasaron los días, se echó al hombro la pena que sentía, trató de seguir lo mejor que pudo...
Hasta que un día recibió una llamada de Ivan... La invitaba a un restorant, estarían algunos amigos, sería una velada entretenida... Francesca aceptó, sin evitar preguntarse si es que Rodrigo asistiría... no le preguntó a Ivan, ya que no tenía sentido, y como había decidido desde un principio, no apuraría las cosas, sería cautelosa en todo momento, era una mujer joven, había esperado por toda su vida, en momentos se creyó perdida, pero no, su rumbo definitivo comenzaba a tomar forma, y eso la hacía eternamente feliz... Sonrió, y paso a buscar el vestido que usaría esa noche, ya que sabía sería inolvidable, aunque Rodrigo no fuera, puesto que sabía que Ivan era Homosexual, y no la buscaba como mujer, sino que como amiga, lo que le ofrecía un mundo totalmente nuevo...
lunes, marzo 20, 2006
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1 comentario:
Irónicamente ternura es la que aparece de entre los dedos de la felicidad, donde pareciera que surgen las palabras como agua que se resbala por entre las rocas de la playa blanca, que ahora conoces y que nunca pensaste en poder optimizar en tu idea lógico - pesimista.
Ahora caminas, abres el sendero... la decisión y el éxito es tuyo y nadie podrá hacerte caer... Suerte.
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