sábado, febrero 11, 2006

El Pianista 6ª Parte


Rodrigo Leiva era viudo desde hace 5 años. Su mujer, Cristina, por su trabajo, tuvo que partir a Europa en un viaje de negocios. Ese día, como nunca, habían peleado. Rodrigo no quiso ir a dejarla al aeropuerto, y ni siquiera se despidió de ella. El avión se estrelló en el desierto.
Desde aquella vez, sentía que no tenía que vivir. Se culpaba una y otra vez del accidente. Aún despuñes de 5 años no se lo perdonaba. La había conocido en la facultad cuando estudiaba música. Ella estudiaba administración. Desde el primer momento que la vio, supo que sería la mujer de su vida, y no descansó, hasta que por fin se casaron luego de 2 años de ser novios. A esa fecha ya llevaban 6 felices años juntos. No habían querido tener hijos aún, ya que, preferían disfrutar de la vida. Cristina si quería, su mayor sueño era ser madre, pero Rodrigo fue inflexible. Ahora se lamentaba no haberlo hecho, ya que algo le hubiera quedado de su hermosa mujer.
Tocaba piano desde que tenía memoria. Sus padres, ambos músicos, lo criaron rodeado de música, conciertos, recitales de la mejor calidad. Antes de que su esposa muriera, trabajaba como profesor, pero luego de ocurrido el accidente, no pudo soportar mezclarse con gente, menos con jóvenes. Ahora sólo daba pequeños espectáculos, en donde mostraba su melancólica y triste alma, que estaba llena de culpa, y que no podía sanar.
Por supuesto no había mantenido ninguna relación amorosa desde entonces. Sentía que ninguna mujer podía llegar a superar a Cristina. Ella era tierna, dulce, sin dejar de tener un carácter muy firme, de ser sagaz e inteligente, de ser amiga, esposa y mujer a la vez. Unas cuantas mujeres se le habían insinuado, sus amigos querían que rehiciera su vida, pero no había caso, estaba tan convencido de que él debería haber muerto junto a su esposa, que ya no pertenecía a este mundo, que nadie en este mundo sería capaz de llenar el vacío que Cristina había dejado.
Había tratado de suicidarse incontables veces, pero siempre el peso de la culpa no lo había dejado terminar con su tarea. Sabía que era cobarde, y aunque no era religioso, ni tenía mayores creencias, sabía, en el fondo, que su vida era preciada, y no podía desperdiciarla. Sabía también, que por algo estaba ahí aún, aunque a veces perdiera las esperanzas.

Tocar en ese lugar lujoso, en aquel restorant, había sido bueno. Aunque no gustaba de las multitudes, y prefería tocar en el bar de la esquina, hace tiempo que no sentía emoción al interpretar esos temas, temas que había escrito antes de que la tragedia sucediera. Generalmente su repertorio se basaba en melodías tristes, que sólo provocaban que la gente se sintiera desgraciada, aunque una parte, muy pequeña, se sentía feliz, conforme.
Luego de tocar, se levantó y decidió cambiar el curso de su historia. Amaba a su esposa, siempre la había amado, pero por fin comprendió que lo último que ella esperaría sería verlo así, triste, acabado, lleno de culpa, culpa que en realidad no tenía, culpa que casi lo mata por 5 largos años...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como va la historia (prefiero no explayarme, soy muy buena para criticar).

Linke Hofmann Lauchhammer aktiengesellschaft dijo...

¿Cuántas cosas escondidas de nuestras vidas hay en aquellos escritos? Seguramente el lector asume millones de cosas, pero muy pocos podrán darse cuenta de cuántas realmente son del creador que pone a si mismo en alguna parte de las palabras.

Saludos Angelito, cuidate mucho. Ambos somos almas sumergidas en la mística de lo silencioso.

Ricardo dijo...

Genial la historia!!
De verdad que podría decir que está llena de tópicos d ela vida de la Angelito de la vida, difrazados de...
metáforas o hasta alegorías jajaj!

SIGA!
AMÉ EL PIANISTA!!

jajaja

Y vea mi blog
descripción de kenny
A usted le gusta leerlas =)!!!

la amo!!!