viernes, febrero 03, 2006

El Pianista 3ª Parte


Despertó sobresaltada, no sabiendo donde estaba, pensando que todo lo que había pasado había sido tan sólo un sueño. Al poco rato comprobó que no era así, la antigua chaqueta a rayas estaba colgada sobre un perchero.
Se bañó con agua fría, lo hacia siempre que sentía que las cosas no estaban bien, para limpiarse de las malas vibras que pudieran existir.
Partió, como todos los días, a hacer su trabajo, pero algo resultaba distinto. La gente parecía aún más distante que antes, y esa melodía... no podía eliminarla de su cabeza, aparecía una y otra vez, imágenes de aquel pianista se sucedían sin cesar, sin dejarle a penas un respiro, un respiro para poder rendir, que era lo importante en esos momentos.
Cuando ya no aguantó más, decidió cancelar la cita de ese día. Vio quien era, lo pensó, y se arrepintió. Era un tipo de una firma importante, una de esas oportunidades que no se pueden aprovechar.
Se puso un vestido rojo, provocador, tentador. Era el que causaba efecto con sólo llevarlo a cuestas. Pero ese día había que admitir que el brillo que irradiaba estaba tenue.
La noche fue desastrosa, no pudo relajarse, el pianista no la dejaba tranquila, imaginaba un mar de fantasías junto a él, a esa melodía, a tantas otras que ese genio sería capaz de crear, sólo para ella...
Cuando llegó a su casa, sintió que se desvanecía, una opresión, un sentimiento de angustia la invadía, se sentía por primera vez vacía, su coartada de mujer feliz ya no servía... ¿A quién quería engañar?
Decidió dormir... pero a veces el sueño nos juega una mala jugada... soñó que se encontraba con el pianista, y este tocaba sin parar, para ella... hasta que de repente el comenzaba a alejarse, y la dejaba sola, sin música, sin compañía, en medio de la ciudad.. despertó llorando y decidió olvidarlo todo, a como de lugar iba a sacarlo fuera de su cabeza, de su mente, él no era nadie, no podía ser alguien, ni siquiera sabía quien era., y ella que era tan distinguida, no podía cegarse por algo tan mínimo, tan insignificante...
Lamentó tener estos pensamientos en su mente, pero sabía que de otra forma estaría perdida...

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